La fachada de la vivienda de Antonio, más conocido por los vecinos de Ondara como Molina, se ha convertido estos días en un pequeño foco de ilusión navideña gracias su trabajo y dedicación. A sus 86 años ha decidido celebrar estas fechas de una forma muy especial, iluminando su casa con luces de Navidad personalizadas para sus cuatro nietas: Edurne, Emma, Ángela y Noa.
Con paciencia, tiempo y mucha ilusión, el abuelo ha instalado un elaborado juego de luces en la fachada de su casa, donde pueden leerse claramente los nombres de sus nietas, formados con luces navideñas. Un detalle sencillo pero cargado de simbolismo, que no ha pasado desapercibido entre vecinos y viandantes.
El montaje, realizado íntegramente por él mismo, es fruto de varios días de trabajo y planificación. A su edad, lejos de limitarse, ha demostrado que la ilusión por la familia y la Navidad sigue intacta. “Lo hago por ellas”, comenta con una sonrisa, orgulloso de ver cómo su hogar se convierte en un regalo adelantado para sus nietas.
La iniciativa ha despertado admiración en el vecindario, donde muchos destacan no solo el resultado final, sino el mensaje que transmite: el valor del cariño, el esfuerzo y las tradiciones compartidas. En un tiempo marcado por las prisas, este gesto recuerda que la Navidad también se construye con dedicación y afecto.
Para sus cuatro nietas, la casa iluminada de su abuelo no es solo una decoración más, sino una muestra luminosa de amor que, sin duda, quedará grabada en su memoria.

