La Vuelta a España ha presentado hoy en Montecarlo el recorrido oficial de su edición 2025, una elección que responde a que el Principado será el punto de inicio de la próxima Vuelta. El acto ha servido para poner en valor el carácter internacional de la carrera y para desvelar un trazado exigente, ambicioso y diseñado para ofrecer espectáculo desde los primeros días.
La organización ha apostado nuevamente por una Vuelta muy selectiva, con protagonismo claro de la montaña y etapas pensadas para provocar movimiento entre los favoritos. Dentro de ese planteamiento destaca con especial fuerza la Etapa 9, que se disputará el domingo 30 de agosto, con salida en Villajoyosa y llegada en el Alto de Aitana, tras 187 kilómetros de alta montaña.
Será la etapa encargada de cerrar la primera semana de competición y una de las más duras de toda la edición. El perfil es contundente: más de 5.000 metros de desnivel positivo acumulado y seis ascensiones que convertirán la jornada en un auténtico examen de resistencia, estrategia y fortaleza mental.
La Marina Alta tendrá un protagonismo muy destacado dentro de esta etapa. Tras adentrarse en el interior de la provincia, el recorrido pasará por Tàrbena, donde los corredores afrontarán el exigente Coll de Rates, también conocido como Puerto de Tàrbena, una ascensión clásica y muy reconocida entre los ciclistas por su dureza y regularidad. Desde ahí, la etapa descenderá hacia Orba, llevando el gran ciclismo a uno de los municipios más vinculados históricamente a este deporte.
Desde Orba comenzará uno de los momentos clave del día, la subida al Puerto de El Miserat, catalogado de primera categoría. Se trata de una ascensión larga, constante y muy selectiva, ideal para que los equipos de los favoritos endurezcan la carrera y empiecen a marcar diferencias importantes. El Miserat aparece además en un punto estratégico del recorrido, cuando el desgaste acumulado ya empieza a pasar factura.
Superado este tramo, la etapa continuará sumando dureza hasta desembocar en la subida final al Alto de Aitana, un final en alto emblemático del ciclismo alicantino. Tras casi 190 kilómetros y miles de metros de desnivel, esta ascensión se perfila como un escenario decisivo para ataques lejanos, hundimientos inesperados y movimientos que pueden empezar a definir seriamente la clasificación general.
A todo ello se añade un factor que puede ser determinante: el calor, habitual a finales de agosto en la provincia de Alicante, que podría incrementar todavía más la exigencia física de una jornada ya catalogada como extrema.
Más allá del aspecto deportivo, el paso de La Vuelta por la Marina Alta, por municipios como Tàrbena y Orba, supone un importante impacto promocional para la comarca. La retransmisión internacional permitirá mostrar sus paisajes de interior, sus carreteras de montaña y su entorno natural a millones de espectadores, reforzando su proyección turística y económica.
Con esta presentación en Montecarlo, ciudad que marcará el inicio de la carrera, La Vuelta a España inicia oficialmente la cuenta atrás para una edición que promete dureza, emoción y una etapa en la Marina Alta llamada a ser una de las grandes protagonistas de la primera semana. Una jornada que, como suele decirse en ciclismo, no garantiza la victoria final, pero sí puede dejar muy claro quién está preparado para luchar por el maillot rojo… y quién no.


