La jornada de hoy ha comenzado con movilizaciones simultáneas en hospitales de todo el país, convocadas por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), dentro de la huelga nacional que se prolongará del 9 al 12 de diciembre. Los facultativos del Hospital de Dénia han leído un manifiesto en el que reiteran su rechazo al borrador del nuevo Estatuto Marco elaborado por el Ministerio de Sanidad y reivindican la necesidad de un estatuto propio para la profesión médica y facultativa.
En las concentraciones, los representantes sindicales han recordado que el colectivo lleva casi un año de protestas y que la huelga ha sido “la última opción”, después de meses de negociaciones infructuosas. “Nos hemos visto forzados a convocar estos cuatro días de paro para recordar que no vamos a tolerar más maltrato institucional”, señala el manifiesto.
Críticas al borrador del Ministerio: “maquilla cambios, pero no soluciona nada”
Los médicos denuncian que, pese a los contactos mantenidos en las últimas semanas, Sanidad solo ha planteado modificaciones superficiales que no responden a sus reivindicaciones fundamentales. El último texto difundido por el Ministerio el pasado 4 de diciembre “no solo sigue sin recogerlas, sino que en algunos casos todavía empeora más el anterior”.
El colectivo exige un ámbito de negociación propio, distinto al de la mesa sectorial, al considerar que los sindicatos mayoritarios “poco o nada representativos en el colectivo médico” no defienden sus intereses específicos. Critican también que el borrador mantenga la actual clasificación profesional que equipara titulados MECES III y MECES II, pese a las diferencias de formación y responsabilidades.
Guardias, incompatibilidades y movilidad forzosa
Uno de los puntos más conflictivos es la regulación de las guardias. CESM reprocha que Sanidad se haya negado a considerarlas actividad extraordinaria, ni a garantizar una retribución superior a la hora ordinaria, ni a que computen como tiempo trabajado para la jubilación, ni a establecer un calendario que permita que sean voluntarias.
Esto, afirman, hace que no existan garantías suficientes para acabar con jornadas que superan las 45 horas semanales, especialmente en determinadas especialidades y centros.
El manifiesto denuncia además que el Ministerio pretende mantener “un régimen de incompatibilidades discriminatorio”, retribuciones diferentes por el mismo trabajo y una movilidad forzosa basada en la muletilla de “las necesidades del servicio”, que —según denuncian— se utiliza para imponer condiciones injustas al colectivo médico. Todo ello, alertan, ahonda en la fuga de profesionales y dificulta la captación de talento.
Reivindicaciones pendientes
Los médicos también lamentan que el borrador no incluya avances en cuestiones como:
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Jubilación anticipada voluntaria y parcial sin merma económica
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Prorrateo de guardias durante bajas por incapacidad temporal
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Protección de la salud laboral y lucha contra las agresiones
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Conciliación de la vida personal y laboral
“Una vocación no lo aguanta todo”
El manifiesto concluye con un mensaje contundente: “Toda la profesión ha dicho ‘basta’ frente al borrador ministerial”. El colectivo insiste en que su lucha no es corporativista, sino que busca garantizar la calidad asistencial de los pacientes y evitar que el sistema sanitario se deteriore aún más.
“Los médicos necesitan condiciones laborales dignas después de su progresivo deterioro. Se lo merecen los compañeros de hoy, los médicos del futuro y los pacientes que todos seremos en algún momento”, han proclamado.
Las movilizaciones continuarán durante los próximos días en hospitales de toda España mientras se mantienen las convocatorias de huelga.
Manifiesto huelga nacional 9 al 12 de diciembre: por un estatuto propio de la profesión médica y facultativa
"Buenos días a todos y muchas gracias por haber venido una vez más a esta movilización convocada por CESM para escenificar que los médicos y facultativos seguimos rechazando el borrador de Estatuto Marco que el Ministerio de Sanidad quiere imponernos. Desde el inicio de esta campaña de movilizaciones que va a cumplir un año hemos insistido tanto en nuestra voluntad negociadora como en que la huelga es nuestra última opción, y habiendo hecho gala de la primera hasta el último momento, nos hemos visto forzados a convocar estos cuatro días de paro para recordar que no vamos a tolerar más maltrato institucional y que las condiciones laborales de los médicos deben mejorar si se quiere mantener el sistema sanitario como lo hemos conocido.
Ha sido precisamente la convocatoria de esta huelga la que ha provocado un cierto acercamiento por parte de Sanidad, que en las últimas semanas ha intentado maquillar un deseo de llegar a acuerdos con reuniones y propuestas nuevas de redacción de algunos artículos de su borrador, ligeros cambios que no solucionan en absoluto nuestras reivindicaciones de base.
El propio texto difundido el 4 de diciembre no sólo sigue sin recogerlas, sino que en algunos casos todavía empeora más el anterior facilitado en septiembre. Sanidad sigue negándose a que los médicos tengamos una norma y un ámbito de negociación propios, algo que reclamamos porque nuestra voz necesita una interlocución directa con la Administración que permita negociar nuestras especiales condiciones de trabajo. No nos soluciona nada que se agrupen en un capítulo específico las normas que regulan aspectos laborales exclusivos del médico o que se ofrezca crear mesas técnicas exclusivas para abordar nuestra problemática si la composición de esas mesas va a ser la misma que la de la sectorial, que controlan los sindicatos poco o nada representativos en el colectivo médico y que en ocasiones, como hemos visto la semana pasada, incluso tienen intereses contrarios a los nuestros.
Quizás resulte obvio recordarlo, pero somos médicos, y nuestros requisitos de formación y responsabilidad no son los mismos que los de otras
categorías profesionales. Sanidad sigue queriendo meter en el mismo grupo de su clasificación profesional a titulados MECES III con titulados MECES II, de forma que graduados con 240 créditos con formación especializada comparten grupo con médicos con 360 créditos. No hay intención de modificar el EBEP para crear una categoría diferencia dentro del grupo A para los MECES III ni para que lleve aparejada una diferenciación retributiva, por lo que insistimos en que no se trata de corporativismo sino de buscar la mayor garantía de calidad asistencial para los pacientes.
El ministerio sigue imponiéndonos un régimen de incompatibilidades discriminatorio y retribuciones diferentes por el mismo trabajo, del mismo modo que mantiene una movilidad forzosa que sigue ligada a la conocida muletilla de ‘las necesidades del servicio’, la herramienta más sencilla y utilizada para someter al colectivo médico a condiciones laborales injustas y discriminatorias respecto al resto de categorías profesionales. Ambas directrices suponen una clara discriminación, por lo que insistimos en que un sistema de salud en el que la fuga de médicos es uno de sus principales problemas no debería imponer más dificultades para atraer talento si realmente quiere solucionarlo.
Por si esto fuera poco, Sanidad no ha querido acceder a nuestra propuesta de calificar la jornada de guardia como actividad extraordinaria ni a
garantizar su retribución por encima de la de la hora ordinaria ni a que ese tiempo compute como tiempo trabajado para la jubilación ni a establecer
un calendario claro y bien definido para establecerlas como voluntarias.
Esto supone que no hay garantías suficientes para que se deje de obligar a los compañeros a tener jornadas semanales de más de 45 horas. Todo esto sin abordar cuestiones como la articulación de una jubilación anticipada voluntaria y parcial sin merma económica, de los prorrateos de guardias en situaciones de Incapacidad Temporal, de protección de la salud laboral y lucha contra las agresiones o de conciliación de la vida personal y
laboral.
Ante este panorama desolador no nos queda más remedio que seguir aquí defendiendo que una vocación no lo aguanta todo y que los médicos necesitan unas condiciones laborales dignas después del progresivo deterioro de las mismas. Toda la profesión ha dicho ‘basta’ frente al borrador ministerial y lo repetiremos hasta que logremos un auténtico reconocimiento del colectivo. Se lo merecen los compañeros que cargan sobre sus espaldas a diario unas decisiones tomadas en despachos; se lo merecen los médicos de futuro que comienzan ahora su andadura y que no quieren tener que decidir entre vocación y vida personal; y lo merecen los pacientes que todos seremos en algún momento, que deben contar con la mayor calidad asistencial posible en un sistema sanitario que se derrumba si pierde a sus médicos. Por todo esto seguiremos peleando.



