Medio siglo después del boom turístico Dénia arrastra carencias básicas

05/08/2025

Dénia es hoy un destino turístico reconocido, con un puerto activo, playas kilométricas y el Montgó como telón de fondo. Sin embargo, detrás de la postal veraniega, miles de residentes conviven con una realidad urbana precaria: aproximadamente dos tercios del suelo ya edificado carece de infraestructuras esenciales como aceras, alcantarillado, iluminación pública o calles asfaltadas.

 

Un crecimiento rápido y sin planificación

El origen de esta situación se encuentra en el desarrollo urbanístico acelerado de los años 60 y 70, cuando la ciudad comenzó a atraer turistas y nuevos residentes.

  • La demanda de viviendas vacacionales y segundas residencias se disparó.

  • Muchas construcciones se realizaron sobre antiguos terrenos rústicos, sin exigir una urbanización previa ni prever una red de servicios públicos.

  • La prioridad era levantar casas rápido, sin esperar a que llegaran el asfalto, las farolas o las tuberías.

El resultado de aquel modelo improvisado es que la ciudad creció como un puzle incompleto, con zonas habitadas pero sin la infraestructura mínima para una vida urbana de calidad.

 

Barrios enteros sin servicios básicos

Los ejemplos están repartidos por todo el término municipal:

  • Les Marines, a lo largo de la costa norte, concentra urbanizaciones de segunda residencia que aún dependen de fosas sépticas y calles sin aceras.

  • Rotes, en la costa sur, sufre problemas de acceso y alumbrado, especialmente en las calles interiores.

  • En la falda del Montgó, la orografía y la dispersión de chalés dificultan la instalación de redes de alcantarillado y pluviales.

Vecinos consultados señalan que pagan impuestos urbanos pero reciben servicios de un área rural, una queja histórica que se repite en distintas asociaciones vecinales.

 

Un modelo que genera desigualdad urbana

Mientras las nuevas promociones construidas en las últimas décadas sí cumplen con las normas modernas de urbanización, las áreas más antiguas quedaron relegadas.

  • Algunas calles siguen siendo de tierra o grava, con problemas en días de lluvia.

  • La falta de alumbrado crea sensación de inseguridad por la noche.

  • La ausencia de aceras obliga a los peatones a compartir calzada con coches.

Esta desigualdad urbana es visible incluso en zonas céntricas, donde parcelas sin urbanizar interrumpen la continuidad de los viales y dificultan la movilidad.

 

Intentos de solución: un nuevo plan urbanístico

El Ayuntamiento de Dénia reconoce que la ciudad necesita “completarse por dentro” antes de seguir creciendo hacia fuera.

  • El nuevo Plan General de Ordenación Urbana prioriza la urbanización de las zonas ya edificadas.

  • Se proyectan conexiones viales pendientes, instalación de redes de saneamiento, aceras, alumbrado y mejoras en la seguridad viaria.

  • También se contempla la colaboración con propietarios y promotores para financiar parte de estas actuaciones.

El reto no es pequeño: regularizar y dotar de servicios a décadas de crecimiento desordenado exige inversión pública y paciencia, además de resolver conflictos legales y patrimoniales.

 

Una deuda histórica con los vecinos

Para muchos habitantes, esta situación se traduce en frustración y sensación de abandono. “Vivimos aquí todo el año y seguimos sin alcantarillado. Cuando llueve fuerte, la calle se convierte en un barrizal”, relata un vecino de Les Marines.

La percepción de una ciudad a medio hacer choca con la imagen turística de un destino cuidado y moderno. Resolver esta contradicción será clave para el futuro de Dénia, que aspira a consolidarse como ciudad habitable, sostenible y plenamente urbanizada, no solo como postal de verano.