El “pleno empleo” del Gobierno, cuestionado: los fijos discontinuos maquillan las cifras del paro mientras cobran prestaciones

29/07/2025


El Ejecutivo presume de récord de afiliación y de una tasa de paro a la baja, pero más de 800.000 fijos discontinuos inactivos no aparecen en las listas del desempleo. Expertos y sindicatos alertan de la “realidad maquillada” del mercado laboral tras la reforma de 2022.

 

España roza cifras históricas de afiliación y el Gobierno no duda en presentar el escenario como un logro en su política de empleo. Sin embargo, detrás de los titulares optimistas se esconde una realidad mucho más compleja: los trabajadores con contrato fijo discontinuo. Según datos oficiales y estimaciones de centros de estudio, más de 800.000 de estos empleados estaban inactivos al cierre de 2024, sin trabajar pero sin aparecer como parados en los registros del SEPE.

 

 

El cambio que trajo la reforma laboral

 

 

La reforma laboral de 2022 impulsó la sustitución de contratos temporales por fijos discontinuos, especialmente en sectores estacionales como la hostelería, la agricultura o los servicios administrativos. Desde entonces, se han firmado más de 5 millones de contratos de este tipo, y su peso en el mercado laboral ha pasado del 3 % en 2021 al 14 % del total en 2024.

 

Este crecimiento ha reducido drásticamente la temporalidad, pero ha generado una nueva paradoja estadística: durante los periodos en que el trabajador no es llamado a trabajar, no figura como parado —aunque en la práctica no tenga empleo— y puede incluso estar cobrando una prestación por desempleo.

 

 

Los “invisibles” del paro

 

 

En octubre de 2024 había 710.000 fijos discontinuos activos, pero al menos 812.600 inactivos —según datos del propio Gobierno— que no computaban en las listas del paro. Esto significa que la tasa de paro oficial podría estar infraestimando la realidad laboral y dando una imagen distorsionada del mercado de trabajo.

 

“Se está vendiendo una narrativa de pleno empleo que no se corresponde con la situación real”, advierten analistas laborales como los de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que cifran en 1,42 millones el stock de trabajadores bajo esta modalidad contractual.

 

 

Una cifra difícil de controlar

 

 

El Instituto Nacional de Estadística prepara una nueva estadística —ERADA— que permitirá cruzar datos de afiliación, contratos y prestaciones para ofrecer una imagen más realista. Sin embargo, su publicación se ha retrasado y por ahora la opacidad en torno a estas cifras mantiene el debate abierto.

 

Sindicatos y patronales coinciden en que el fijo discontinuo aporta estabilidad jurídica frente a la temporalidad, pero difieren en su uso. Las patronales denuncian fraude y abuso, al convertir a temporales en “indefinidos ficticios”, mientras que los sindicatos alertan de precariedad encubierta: trabajadores que encadenan largos periodos sin actividad ni ingreso suficiente.

 

 

La otra cara del empleo

 

 

Mientras el Gobierno insiste en que la reforma ha reducido la temporalidad “a mínimos históricos”, la realidad de los fijos discontinuos muestra un mercado laboral más frágil de lo que reflejan las cifras oficiales. Muchos de estos empleados dependen de campañas concretas y ven sus periodos de inactividad cubiertos únicamente por prestaciones.

 

El debate sobre el “pleno empleo” en España, por tanto, no se mide solo en la tasa de paro, sino en la calidad y estabilidad real del trabajo que se está generando.