El Gobierno ha abierto la puerta a que este sea uno de los últimos cambios de hora que vivan los españoles. Según ha confirmado el propio ejecutivo, se están estudiando medidas para suprimir definitivamente los ajustes estacionales del reloj y mantener un único horario fijo durante todo el año.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado que España planteará a las instituciones europeas la necesidad de poner fin a este sistema, instaurado hace décadas con el objetivo de ahorrar energía. “Hoy los beneficios son mínimos, pero el impacto sobre la salud y los hábitos de vida es evidente”, ha asegurado el mandatario.
Un cambio con fecha de caducidad
De acuerdo con el calendario oficial publicado en el Boletín Oficial del Estado, el próximo cambio al horario de invierno tendrá lugar la madrugada del domingo 26 de octubre de 2025, cuando los relojes deberán retrasarse una hora. Si se cumplen los planes del ejecutivo, el último cambio obligatorio podría producirse en octubre de 2026, antes de adoptar un horario único.
Aún no se ha decidido si España mantendría de forma permanente el horario de invierno o el de verano. El Gobierno insiste en que la decisión debe coordinarse con los socios europeos para evitar desajustes entre países, especialmente en lo relativo a los horarios laborales, comerciales y de transporte.
Razones para acabar con el cambio
Los expertos señalan que el ahorro energético que justificaba originalmente esta práctica es cada vez menor debido a los avances tecnológicos y a los nuevos patrones de consumo. En cambio, sí se han constatado efectos negativos en el sueño, el rendimiento laboral y el estado de ánimo durante los días posteriores al cambio. Se argumenta que mantener una hora estable durante todo el año podría mejorar el bienestar general, favorecer la conciliación y evitar los desajustes biológicos que cada cambio provoca.
Europa aún debe decidir
Pese a la intención del Gobierno, la decisión final no depende solo de España. La eliminación del cambio horario es una cuestión que la Unión Europea lleva años debatiendo sin lograr un consenso. Cada país deberá escoger si adopta el horario de verano o el de invierno de manera permanente, algo que podría generar diferencias significativas entre Estados si no se acuerda una posición común.
Mientras tanto, los ciudadanos deberán preparar los relojes una vez más el próximo 26 de octubre. Si los planes se concretan, será uno de los últimos cambios de hora en la historia reciente de España.