A pesar de estar expresamente prohibido, los saltos desde acantilados siguen practicándose en varias playas y calas de Xàbia, poniendo en riesgo la seguridad de quienes lo hacen y generando preocupación entre vecinos y autoridades locales.
Durante los últimos veranos, esta práctica —popular entre jóvenes y turistas— se ha convertido en una tendencia habitual en zonas como la Cala del Pope, la Cala Blanca o el Cabo de San Antonio. A pesar de la señalización y los avisos municipales que advierten del peligro y la ilegalidad de estos saltos, muchos continúan desafiando las normas, a menudo buscando grabar vídeos para redes sociales.
Riesgos reales, no solo advertencias
El Ayuntamiento de Xàbia y los servicios de emergencia han alertado en varias ocasiones de las graves consecuencias que pueden tener estos saltos: desde lesiones medulares hasta traumatismos craneales o ahogamientos. De hecho, en los últimos años se han producido varios accidentes graves relacionados con esta práctica, algunos de ellos con necesidad de rescate por vía marítima o aérea.
Mayor control, pero difícil vigilancia
Aunque la policía local y los servicios de salvamento vigilan las zonas más conflictivas, la extensión del litoral y la dificultad de acceso a algunos puntos hacen complicado frenar del todo esta conducta. Desde el consistorio se insiste en que no es una actividad deportiva ni controlada, y que no existe ninguna garantía de seguridad por parte de las autoridades.
Llamamiento a la responsabilidad
El Ayuntamiento de Xàbia recuerda que saltar desde acantilados no solo está prohibido, sino que además es una irresponsabilidad que puede tener consecuencias fatales. Piden a residentes y visitantes que actúen con sentido común, respeten las normas y valoren los peligros reales de este tipo de acciones.