El pleno municipal de Dénia ha aprobado una moción para exigir la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, tras la gestión de la última DANA. En una sesión marcada por las críticas cruzadas y los reproches, el gobierno local, formado por PSOE y Compromís, ha puesto el foco en los riesgos de las 14.000 viviendas construidas en zonas inundables y en el estado de los barrancos del municipio.
Reprobación a Mazón y exigencias a la Generalitat
La moción, presentada por Valen Alcalà (Compromís), señala la “nefasta gestión” de Mazón durante las emergencias y exige la creación de un plan autonómico de prevención ante el cambio climático. Alcalà criticó la “ausencia de medidas efectivas” y reclamó la reinstauración de la Unidad Valenciana de Emergencias, eliminada por el actual Consell. “Esta catástrofe nos ha tocado de cerca. No podemos esperar a ser los próximos con un presidente cuya gestión fue un fracaso rotundo”, señaló.
Javier Scotto (PSPV) respaldó la moción con el argumento de que “si Dénia sufre lluvias torrenciales, necesitamos confianza en las instituciones autonómicas”. La propuesta también pide una comisión de investigación sobre las consecuencias de la DANA.
La reprobación salió adelante con los votos de PSOE y Compromís. GD se abstuvo, mientras que PP y Vox votaron en contra, criticando que no se incluyeran referencias a la gestión del Gobierno central. “Si hubieran reprobado también a Pedro Sánchez, hubiéramos apoyado”, aseguró Mario Vidal (GD).
Cruce de reproches: ¿y Pedro Sánchez?
La sesión fue subiendo de tono con el intercambio entre gobierno y oposición. Pepa Font (PP) cuestionó que la moción se centrara exclusivamente en Mazón y no en el Ejecutivo central: “¿Reprobar al presidente de la Generalitat? ¿Y Pedro Sánchez? ¿Y la ministra Teresa Ribera?”. La edil popular calificó la moción de “oportunista” y afirmó que este no es el momento de reproches, sino de trabajar en la reconstrucción.
El alcalde Vicent Grimalt respondió con dureza, reprochando a Mazón que no haya pedido perdón: “Por no apretar el botón a tiempo han muerto 222 personas. Si con ese gesto se hubiera salvado una vida, habría valido la pena”.
Barrancos sucios y zonas inundables
El pleno también abordó la situación de los barrancos y el riesgo de inundaciones en Dénia. GD presentó una moción para un plan bianual de limpieza de barrancos, que fue respondida por Sandra Gertrúdix (PSPV), concejala de Medio Ambiente: “Ya estamos realizando limpiezas con 60.000 euros licitados, pero tenemos dos problemas. El primero, el incivismo: limpiamos por la mañana y por la tarde los cauces están llenos de muebles. El segundo, que las lluvias arrastran residuos desde el interior. Los pueblos de arriba también deben hacer su parte”.
Sobre las inundaciones, Grimalt recordó que el municipio cuenta con 14.000 viviendas en zonas inundables y subrayó que el problema radica en décadas de urbanización sin control: “Se ha construido donde no se debía. Si llueve torrencialmente, zonas como San Andrés o el Saladar volverán a inundarse”.
Tensión climática y urbanística
Félix Redondo (Vox) tachó las medidas medioambientales de “fanatismo ecológico” y criticó que no se puedan evitar las inundaciones: “Tras la última DANA, Dénia se inundó como nunca. La entrada a la ciudad, Plaza París o San Andrés quedaron impracticables”. Grimalt recordó que las barreras creadas por autopistas y trenes agravan el problema, pero insistió en que las inundaciones forman parte de la realidad climática de la comarca.
La sesión dejó patente la división entre gobierno y oposición, mientras Dénia enfrenta los riesgos de futuras lluvias torrenciales con más de 14.000 edificios en zonas de peligro.