El Día Mundial de las Abejas se celebra cada 20 de mayo con el objetivo de concienciar sobre la importancia de estos polinizadores esenciales para la vida en el planeta. Fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, eligiendo esta fecha en honor al nacimiento de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna y oriundo de Eslovenia.
Las abejas y otros polinizadores como mariposas, murciélagos y colibríes desempeñan un papel fundamental en la reproducción de muchas plantas, incluyendo cultivos que constituyen una parte importante de la alimentación humana. Sin embargo, estos insectos enfrentan amenazas crecientes debido al uso de pesticidas, la pérdida de hábitats, el cambio climático y enfermedades.
Celebrar este día es una oportunidad para promover acciones concretas que protejan a las abejas: desde fomentar la apicultura sostenible hasta cultivar plantas nativas, reducir el uso de productos químicos y apoyar políticas que cuiden el medio ambiente. Proteger a las abejas es proteger el equilibrio de los ecosistemas, la biodiversidad y nuestra propia seguridad alimentaria. Su zumbido es más que un sonido: es un recordatorio de la interconexión entre todos los seres vivos.
Hoy nos adentramos en este fascinante y desconocido mundo del ser vivo más importante del planeta de la mano de Eduardo Fernández Cogolludo, apicultor de Miel Montgó.